La tasa de donantes de órganos por millón de habitantes disminuyó en 2016 hasta su nivel más bajo de la última década (11,81 versus 12,35 en 2007), según cifras del Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (Incucai).
El descenso de los donantes reales efectivos de órganos también se reflejó en Mar del Plata aunque no se puede hablar de una sola causa, sino que se trata de una problemática “multicausal”.
“El año pasado, lastimosamente, hubo un descenso de la donación de órganos en comparación con lo registrado desde 2006. Hubo un amesetamiento desde 2006 (455 donantes reales efectivos) hasta 2012, cuando llegamos a los 568 donantes reales efectivos en todo el país”, describió el doctor Diego Fernández, presidente de la Fundación Mar del Plata Trasplante (FMT).
Estadísticamente, el especialista explicó que “en 2014 hubo 555 donantes reales, en 2015 593 y en 2016 516, lo que implican más de mil trasplantes cada año, ya que de cada donante se pueden realizar 8 o 9 trasplantes”. Las cifras implican a trasplantes de todos los órganos y contemplan a todo el territorio nacional.
Las causas de ese descenso son “múltiples” pero consideró que influyó “el cambio de gobierno, la disposición de políticas y presupuestos que hacen un poco más lento todo y hasta el humor social que hace menos colaborativa a la gente”. Eso sucedió, ejemplificó, con la crisis del 2001 y con la de la Gripe A en 2009.
En ese sentido, Fernández recordó que “todos estos datos están aportados por el Incucai y el Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplantes, es algo óptimo y confiable”.
Para generar más conciencia en la población para que se conviertan en donantes, a su entender, son esenciales las “campañas de información y difusión, que a nivel de salud pública son casi inexistentes. Pero no es de ahora, ya venía una deuda de los últimos 3 o 4 años”.
Colaboración
Los trasplantes de órganos más comunes en el país son los de riñón y los de tejido de córnea. Fernández consideró que “lo ideal es llegar a 13 trasplantes por cada millón de habitantes, lo que más o menos significarían 40 por mes en el país”.
“El sistema es totalmente transparente en el país -aclaró-, está regulado, no existe ninguna posibilidad que se haga de manera espuria, que se extraigan los órganos ni que no se salve la vida de alguien por extraerle los órganos. Eso hay que desterrarlo para que la gente se quede tranquila”.
En ese sentido, aclaró que “todos los médicos del mundo luchamos para que todos se salven, pero si detectamos muerte encefálica, desconectamos el respirador y la circulación artificial y esa persona -como tiene el cerebro muerto y no puede respirar por sus propios medios ni le funciona el corazón- puede ser donante, si expresó su decisión en vida o lo hace su familia”.
Asimismo, el especialista en trasplante de hígado señaló que “no es donante sólo quien quiere, sino quien puede” debido a que para que se produzca la ablación de órganos debe darse una serie de condiciones.
“Además de expresar la decisión de donar -explicó- hay que ver si sirven esos órganos donados, porque para poder ser donante real tiene que tener muerte encefálica. Pero si fallece en la vía pública o en el instante del siniestro vial los órganos vitales ya no van a servir, por ahí sí los tejidos”.
Además de la merma en las donaciones de órganos, otro factor es que “se está utilizando órganos de menor calidad, utilizando donantes de 70 y 80 años que antes no se usaban, porque no hay otros. Te sacan del paso, sirven, pero por ahí ese paciente requiere otro trasplante más adelante”.
Los interesados en recabar más información para ser donantes pueden ingresar a las páginas www.incucai.gov.ar o a www.mdptrasplante.com.ar.